martes, 14 de abril de 2009

Llevar a gala un apellido

Muchas gracias a esos nazarenos de paciencia estoica que combaten el frío y el calor, los parones y los empujones. A esos que no necesitan sentirse protagonistas porque saben que lo son, que no imponen, que no piden, que no exigen y que andan cuando les dicen y paran cuando les mandan. A esos que dan cuerpo y razón de ser a las cofradías porque sólo se apellidan 'de nazarenos'. A ellos. Los que visten como nadie túnicas tan serias como las de la Caridad, a los elegantes del Prendimiento, a los sobrios del Perdón, a los alegres de los Ángeles. A todos. A los blancos que casi duele de la Borriquita o del Resucitado, a los negros de la Soledad o el Entierro, a los de capirotes verdes de la Esperanza Macarena y a los de raso del Amor o los Molinos; a los espigados de la Cena. A todos, repetimos. Lleven farol como en el Rosario del Mar o pequeños codales como en el Encuentro, faroles como en Pasión o cirio como en la Estrella. A los de cera roja del Gran Poder, tiniebla del Silencio o morada de las Angustias. Muchas gracias a todos por llevar a gala el apellido de nuestras cofradías.
Fotografía: rat-a-tat