Anda, una pluma azul a los pies de la Catedral, una tarde de agosto y un calor pegajoso de verano. Lo exótico, a esas horas, la pluma, su color, su procedencia. Simpático hallazgo, aterrizaje insólito de dueño huérfano. Ha llegado a la Catedral una pluma azul de la que no se sabe más. Quizá sólo esté de paso.