sábado, 12 de junio de 2010

Las confesiones de Amalia

Una fría pero acalorada noche en el Amalia, tras tertulia, postertulia y postpostertulia, entre otras muuuuuuchas cosas, se dijeron las siguientes:

Este barco se te hunde, ¡tienes que tomar las riendas!
A *** le dan un martillo y le entra una diarrea que le dura tres días
Yo estoy borracho pero no soy gilipollas
*** es como el alcalde: excelentísimo señor
¡Que los llamadores pesan!
Él se traga marrones por un tubo mientras otros se ponen las medallas
¡Pero no seais melones!
¡A la mierda la Ley orgánica que regula el control de actas!
Morralla

Nota: por razones obvias preferimos poner asteriscos a los nombres de los citados.


Argumentos de peso donde los haya y justificados en un contexto que es imposible recrear. Todos los aquí aportados más otros más fueron debidamente anotados en una servilleta que actuó de acta o de papel higiénico. Vayan ustedes a saber.