En la calle Solís hay una ventana por la que se cuelan a veces resultados inesperados. En Dromos Esther Guerrero está restaurando el San Sebastián de la parroquia homónima. Tanto verle bajo la peana lo del recaudando fondos para su restauración que al final ésta ha hecho falta. Felices los demás, descansa ahora la imagen a la espera de volver a ser lo que fue. Mientras tanto la pared en la parroquia extramuros sigue tan blanca pero un poco más desnuda.