domingo, 29 de mayo de 2011

Crónica del Viacrucis diocesano de Guadix

Casualidades de la vida, en 2000 acudimos a un evento similar en Málaga. Se ve que esta Tertulia le tiene cogido el gusto a esto. Y en esta ocasión ha sido a la bella Guadix, ayer, ciudad que esta Tertulia prácticamente desconocía más allá de las recomendaciones de su cicerone particular; qué bien estuvo el Viacrucis diocesano convocado ayer por monseñor García Beltrán con imágenes y pasos de diferentes parroquias (y pueblos) de la misma. Un éxito. Eso sí, a los de afuera qué trabajico nos costó orientarnos. No obstante, satisfechos regresamos en la convicción de haber aprovechado al máximo nuestra estancia. A continuación desglosamos a modo de acta, pública constancia histórica de tan magno acontecimiento.

Tras la llegada de rigor, el debido aparcamiento y la oportuna orientación esta Tertulia encamina sus pasos hacia la parte antigua de Guadix en la convicción de que ahí es donde tiene que estar lo bueno. Y así es. Un cafelito y las primeras conversaciones con los indígenas que nos dicen: por aquí, por allí, a esta u otra hora y esas cosas que uno responde cuando le preguntan por ese tipo de cosas. Así que tras café y varios saludos empezamos. El misterio del Señor de la Salud en su Prendimiento, de José Miguel Tirao Carpio, lo vemos camino de la Catedral por el Camino de los Forasteros. Detrás venía el Nazareno de Baza, de Sánchez Mesa. Acompañamos a las imágenes un tramo y visitamos algunas iglesias. En la de las Lágrimas aguardan su salida el Ecce-Homo, de Miñarro, la Esperanza de Baza (un calvario de Barbero Gor el Cristo) y el Crucificado de las Penas (de Lanteira) obra atribuida al círculo de Andrés de Ocampo. De ahí a la iglesia de la Virgen de las Angustias adonde estaba llegando la Cruz de la Juventud y el Icono y a la iglesia de Santiago a seguir viendo pasos. Allí pudimos ver el Nazareno de Guadix, al que llaman 'El Llavero' porque en 1810, cuando la invasión de los franceses llegó a Guadix los gabachos quisieron entrar al convento de las Clarisas (el de Santiago) después de todo el día estar luchando y cuando quisieron entrar por la fuerza, las monjas pusierion las llaves del convento en las manos del Nazareno y los franceses entraron pero no fueron capaces de quedarse dentro... Otros pasos que vemos en Santiago es el de la Verónica (Huéscar) que, en realizad, es una imagen de Santa María Magdalena, de José Sánchez Lozano, que el Viernes Santo por la mañana procesiona bajo la advocación de Verónica. Pero no es la única particularidad que presenta esta imagen que porta un sudario con el rostro del Señor tres veces impreso. El Nazareno al que ' acompaña' es obra del XVIII, que nos encantó, por cierto, con túnica de cola bordada. Allí se aprovechó para saludar al sacerdote que amablemente daba la bienvenida a cuantos llenábamos la iglesia puesto que de una visita anterior a Almería (invitado por la Soledad) membros de esta Tertulia lo recordaban. La última iglesia visitada fue la de la Concepción, donde contemplamos el original lienzo del Cristo de los Milagros (Purullena) que habría de formar parte del cortejo dentro de escasas horas.

Tras abundante dosis de croquetas en el bar de Gloria y próspero riego al tibio calor de su cocina (para eso están las primas, caramba), el capilleo dio paso a los pasos. Todos en silencio se dirigían a la Catedral detrás de la Cruz y el Icono para formar parte del Víacrucis diocesano que nos había concitado allí, por lo que nos apostamos en la calle Ancha para verlos. Aprovechamos para saludar a monseñor García Beltrán a quien felicitamos y dimos la enhorabuena por el exitazo de su convocatoria. Destacar el detalle (y goce) con el que contremplamos el paso de la Flagelación atribuida a Diego de Vega en el XVI, el misterio del Descendimiento, de Elías Rodríguez Picón y la sorprendente 'posición' de la Verónica, sola en su paso pero de espaldas al público, de frente al Nazareno que va detrás. Hasta lógico parece. Una vez apostados en esta calle desde la que se divisa, a lo lejos, los pasos descender por la cuesta de la Fuente que allí llaman la zeta (por la forma) y tras disfrutar con unos más que con otros, preguntar sobre los que no sabíamos y debatir sobre la incidencia de la imaginería en la Historia del Arte el día de mañana, en comparación con la que nos han legado los siglos, esta Tertulia cambió de ubicación a resultas de que nos pensábamos que los pasos iban a la Catedral y allí se rezaría el Viacrucis y cuando acabara saldrían y los veríamos, pero hete aquí que nos enteramos de que el víacrucis se está(ba) rezando conforme van pasando de manera que ya hay pasos que han emprendido el camino de regreso desde la Catedral. Esto nos hace variar la estrategia como a los mecánicos de Ferrari les varía la suya un safety car. La mitad (o más) de los pasos, una vez finalizada su participación en el Víacrucis toman por la calle Santa María del Buen Aire que como toda la parte antigua de Guadix es preciosa, y en la esquina con Concepción le ponen el 'ay' a la noche. Menudas maniobras para sortear la caida de la calle, los balcones de las casas y la estrechez impuesta por todos lados. Al final los pasos pasaron (unos con más comodidad que otros, claro) y al final de la pendiente estaban las bandas esperando. Apostarse en la esquina de Concepción con Barradas y con Amezcu es un valor seguro. Y así conforme llegaban ahí los pasos se iba incorporando la banda correspondiente. Escuchamos a la Sentencia de Almuñécar con la Flagelación, a la del Gran Poder de Granada con el Ecce Homo, a una que no recordamos con el Nazareno de Baza, a la Expiración de Huéscar con la Verónica y el Nazareno de Huéscar y a la municipal de Lanteira con el Crucificado de las Penas. De lo tocado nos quedamos con Bendición (José Manuel Fernández) y Soledad de San Pablo (Pascual Zueco Ramos).

Más, que la noche es joven y esto no ha hecho más que comenzar. Ahora toca decidir porque los pasos empiezan a separarse y a alejarse. Corriendo a la cuesta de San Antoñico que por ahí vienen el Prendimiento y, detrás, el Ecce Homo. Los vemos y luego, en la plaza Osario dejamos al misterio que siga por la calle Gloria (luego lo volveremos a ver) y nos vamos con el Ecce Homo por la plaza Pedro de Mendoza porque suena Madre (Raúl Rodríguez Domínguez) y nos gusta. A la Virgen de los Dolores, de la Puebla de don Fadrique, la vemos en la zeta, de recogida. Suena Amarguras (Manuel Font de Anta) y nos vamos corriendo a ver la entrada del Huerto, de Huéscar, que lleva detrás a la agrupación musical de Nuestra Señora de la Soledad (la que estuvo viniendo tantos años con el Prendimiento). Saludamos a José Pedro Licerán, que ya no está al frente de la banda pero está tocando. Entra el paso y nos vamos a la recogida de la Soledad en Santo Domingo, una imagen de Amadeo Ruíz Olmo cuyo paso combina talla, pintura y un programa iconográfico de lo más sugestivo. Dentro ya está el Santo Sepulcro, de Huéscar. Lo siguiente es la recogida del Cristo de los Milagros, de Purullena, lienzo al que acompaña la banda municipal de Purullena. Se recoge en la Concepción y de ahí al barrio de Fátima, a acompañar al misterio del Señor de la Salud en su Prendimiento por el camino de los Forasteros nuevamente. La agrupación de la Virgen de la Cabeza, de Exfiliana no para de tocar. Hace eso que hacen siempre de tocar de manera ininterrumpida durante 20 o 30 minutos, como cuando vinieron a tocar en aquella extraordinaria de san Vicente de Paúl a la Catedral y desde San Pedro, más o menos, no pararon. Es impresionante, la verdad. Pero regresando a Guadix, entre tanto, aprovechamos para entrar en la abarrotadísima Catedral y, por cierto, escuchar el despliegue de matices de todas sus campanas repicando (no recordamos la hora) que venían a decir que un día grande para la historia de la ciudad había llegado a su fin. Todo esto sería a las dos de la madrugada, más o menos.