sábado, 17 de marzo de 2001

La carga mixta; argumentos a favor y en contra

Por Manuel Vicente Barranco Rodríguez

Ante todo y primeramente quiero destacar que no tengo absolutamente nada en contra de las cuadrillas de costaleros formadas por mujeres, ya que en pleno tercer milenio sería del todo absurdo plantearse esta cuestión de mujer sí o mujer no, aunque considero que es un intento más por parte de la mujer de ocupar una parcela tradicionalmente reservada al hombre, eso sí, destacando su mayor voluntad, tenacidad y responsabilidad, aunque personalmente pienso y mantengo que las cuadrillas femeninas están limitadas en cuanto al tipo de pasos que pueden portar; punto este que podremos aclarar a lo largo de la tertulia.

Sí me manifiesto en contra de las exageraciones de las formas femeninas introducidas en el mundo costalero o, mejor dicho, de los portadores de pasos, entendiéndose por portadores o portadoras aquellos que ejecutan su trabajo fuera del paso y cargando sobre un hombro, es decir, lo que erróneamente hemos denominado estilo malagueño.

La falta de afición costalera ha llevado últimamente a a doptar soluciones poco aconsejables desde mi punto de vista, es decir: las cuadrillas mixtas.

Me manifiesto abiertamente en contra de las cuadrillas mixtas y todo ello basado en los siguientes puntos:

1.- Pasa por un gusto personal, prefiriendo, en cuanto al costal se refiere, trabajar ocn hombres. Me ahorro cierto ripo de correcciones formales que a mi juicio y por educación creo que hay que mantener con una mujer.

2.- Aspectos básicos, es decir:
- Falta de ajuste del costal en las féminas de pelo largo.
- mal ajuste de la faja debido a la mayor anchura, altitud y forma de las caderas, conllevando pérdida de fuerza y protección debido simplemente a diferencias anatómicas y, por ello, mayor riesgo de lesiones lumbares (consulta a fisioterapeutas).

3.- Aspectos naturales:
- Si aceptamos aplicar el principio de la Dinámiza (F=m.a) y sabiendo que la masa muscular de la mujer puede llegar a ser hasta un 12% menos que en el hombre, y admitiendo que la aceleración es la misma, el resultado es obvio: la fuerza desarrollada por una mujer es hasta un 12% menos que la de un hombre, con el consiguiente perjuicio para el hombre que carga junto a ellas.
- A ello también hay que unir la menor estatura natural de las mujeres que hace que las igualás puedan ser más dificultosas o pasos estéticamente mal plantaos. ¿Qué puede ocurrir en un paso de palio donde casi la mitad del peso es soportado por las dos primeras trabajaderas?

A lo largo de la tertulia podremos ahondar más en esta cuestión. sí quiero destacar que todo esto lo baso en que en nuestra Semana Santa existen pasos y pasitos, y que estos últimos, debido a su poco peso, pueden llegar a admitir un cierto relajamiento en la fuerza que se ejerce.

Nunca podré dudar ni de la falta de voluntad de las costaleras ni de sus buenas intenciones pero permitid que os diga que, por naturaleza, siempre un hombvre será más fuerte que una mujer y, de eso, no ellas ni nosotros tenemos la culpa sino el Máximo Hacedor que así lo concibió y lo hizo dotando a la mujer de aquello que nosotros carecemos: más voluntad, más espíritu de sacrificio y la capacidad de traer al mundo costaleros.