Mirándonos sin encontrarnos hoy en sus manos antiguas pedimos ayuda al enfermo. La Virgen de la Esperanza duerme en una capilla, dentro de la Catedral, y hoy tenemos que leer en el anverso de algunas estampas que sus hermanos editan de cuando en vez lo siguiente:
Míranos Madre, venimos a pedir tu amparo. Son muchos los hijos tuyos que sufren la más terrible enfermedad, el cáncer, y nosotros nos esforzamos en ayudarlos, con la esperanza de mitigar sus dolores, y que en su vida o en su muerte encuentren el alivio que les ha dar la fe que ponemos en Tí.
Guía Tú nuestros pasos, para que nuestro corazon no desfallezca. Danos; fuerza, a los que sufrimos esta enfermedad para que sepamos ofrecerte nuestros sufrimientos y que nuestros dolores sirvan para purificarnos; a los que tenemos algún familiar o amigo enfermo, fuerza y constancia para ayudarle a llevar la cruz; a nuestros médicos y científicos, luz para que encuentren remedio a este azote de la humanidad; y, a todos los que trabajamos unidos para llevar adelante esta Asociación, concédenos hagamos todo viendo en cada enfermo a tu Divino Hijo.
Míranos Madre, venimos a pedir tu amparo. Son muchos los hijos tuyos que sufren la más terrible enfermedad, el cáncer, y nosotros nos esforzamos en ayudarlos, con la esperanza de mitigar sus dolores, y que en su vida o en su muerte encuentren el alivio que les ha dar la fe que ponemos en Tí.
Guía Tú nuestros pasos, para que nuestro corazon no desfallezca. Danos; fuerza, a los que sufrimos esta enfermedad para que sepamos ofrecerte nuestros sufrimientos y que nuestros dolores sirvan para purificarnos; a los que tenemos algún familiar o amigo enfermo, fuerza y constancia para ayudarle a llevar la cruz; a nuestros médicos y científicos, luz para que encuentren remedio a este azote de la humanidad; y, a todos los que trabajamos unidos para llevar adelante esta Asociación, concédenos hagamos todo viendo en cada enfermo a tu Divino Hijo.