Esas tertulias del cielo que se van nutriendo de historia. O, mejor dicho, de cofrades que van dejando aquí la historia. A mediados de los ochenta llegaba la Merced de Dubé y la gente de aquí de siempre, del barrio, del Prendimiento, se inmortaliza con Ella. De esta fotografía faltaba ya Paco el de los papeles. Ahora se ha sumado a la tertulia con sabor a cuatro calles Manolo el joyero. Se nos van yendo los cofrades pero nos va quedando la memoria. Nos van quedando estas fotografías viejas y el vértigo fugaz de que aquí estamos de paso. Atesorando, como mucho, experiencias y vivencias de las que algún día hablaremos en esas tertulias del cielo. Mientras tanto, nos queda ir echando en falta cada vez a más gente en cada vez más fotos.