En la madrugada del lunes, día 21 de julio de 1980, un incendio inexplicado -como casi todos-, destruyó la capilla de la Exaltación, perteneciente a las Reales Cofradías Fusionadas de la Iglesia de San Juan. Al dolor producido en los cofrades, muchos de los cuales presenciaron el incendio impotentes, uno, el mío propio, como un malagueño más -el último-, y ofrezco estas páginas como ofrenda lírica apresurada de mi sentir. El único valor que pueden tener, es el testimonial y el dictado por el deber de solidaridad (...)Francisco Peralto
De este poemario introspectivo y descriptivo por el que la barbarie del fuego ha transitado rescatamos algunos versos: "Era fuego su rostro y su palabra. / Eran fuego los lagos de sus ojos / y un fuego de verdad / coronaba su frente de roca y de pradera" de un poema titulado II. De otro, titulado III, por ejemplo, "No es bastante el estupor / cuando el fuego entre las flores / quema la blancura de las vírgenes". No obstante, sin duda disfrutamos con IV:
Materia de tiempo abierto
el dolor es un enorme labio desangrado
centurias de fe
Palabras
en esta noche de los siglos
Preferible es el silencio
o el ulular de los bomberos celestes
cuando la amargura del humo nos llena
nos cierra las puertas
nos confunde
Babel de ángeles
Calcinados enseres
metales
áureos oficios
Hombres
al fin y al cabo
el dolor es un enorme labio desangrado
centurias de fe
Palabras
en esta noche de los siglos
Preferible es el silencio
o el ulular de los bomberos celestes
cuando la amargura del humo nos llena
nos cierra las puertas
nos confunde
Babel de ángeles
Calcinados enseres
metales
áureos oficios
Hombres
al fin y al cabo